Andreu
Martín lo explica perfectamente en el prólogo. Explica la sensación
que iba teniendo a medida que leía esta obra. Una sensación de
miedo, al principio, por entender que muchos relatos de serie negra,
policíacos, empiezan bien, están bien ambientados, pero al primer
tercio de la narración uno se ha perdido con los nombres y con los
hilos argumentales, lo peor que te puede pasar en un relato
policiaco. Explica esa sensación que se apodera de un lector de este
género cuando siente que el escritor inventa el argumento a medida
que escribe, que tiene cabos sueltos que luego se ve obligado a
recoger, que no sabe cómo acabará la historia. Y eso, de nuevo, es
terrible en una narración del género negro. Por suerte, todas esas
sensaciones se van desvaneciendo a medida que uno lee Bajo la piel.
Estamos ante un relato que ofrece todas las constantes de la serie
negra, pero que sabe condimentarlas, espaciarlas, repartirlas,
contenerlas: los policías humanos, nada de héroes ni antihéroes;
sus historias personales, ácidas, complejas; un entorno gris,
oscuro, que te atenaza, que te oprime, la ciudad; ambientes de bares
con proxenetas y prostitutas, otras historias, otras vidas que
pululan por el relato; mafiosos clásicos en lucha por un pedazo de
terreno, sin concesiones; medios de comunicación que viven en y de
la mierda social; y un elemento más, definitivo, que no puede
desvelarse, porque sería como contar el final.
Sergi
y Sagar demuestran haber asumido muy bien las enseñanzas de los
mejores maestros del género negro. Sergi, el guionista, modula muy
bien la historia y sabe dotar a sus personajes de encaje vital
propio; Sagar, el dibujante, posee un trazo que remarca el rigor
dramático de la historia, que sitúa bien al lector, un trazo de
ambiente, muy suelto, enérgico. En definitiva, si ésta es una de
las primeras obras completas de Sergi y de Sagar, cabe esperar mucho
de ellos, porque aun con su timidez y juventud han conseguido un
buen cómic de género.
Os
aconsejo que leáis Bajo la piel . Una obra que es una muy buena
lectura de evasión, con rigor y calidad. Y eso es mucho.
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