jueves, 22 de mayo de 2014

QUINO Y MAFALDA


Quino, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.



Mafalda es el nombre de una tira de prensa argentina desarrollada por el humorista gráfico Quino de 1964 a 1973, protagonizada por la niña homónima, «espejo de la clase media latinoamericana y de la juventud progresista», que se muestra preocupada por la humanidad y la paz mundial, y se rebela contra el mundo legado por sus mayores.
Mafalda es muy popular en Latinoamérica en general, así como en algunos países europeos: España, Italia, Grecia y Francia. Ha sido traducida a más de treinta idiomas.. Las inquietudes que manifiestan ella y sus amigos en la historieta son de índole universal.


Mafalda
Es la protagonista de la tira. Representa la aspiración idealista y utópica de hacer de este un mundo mejor, aunque la envuelven el pesimismo y la preocupación debido a las circunstancias sociopolíticas que aquejan permanentemente a nuestro planeta. Los comentarios y ocurrencias de Mafalda son espejo de las inquietudes sociales y políticas del mundo de los años sesenta. Denuncia, a través de sus dichos y acciones, la maldad y la incompetencia de la humanidad y la ingenuidad de las soluciones propuestas para los problemas mundiales, como el hambre y las guerras.


Página oficial de Quino

Página oficial de Mafalda
















miércoles, 21 de mayo de 2014

BAJO LA PIEL


Andreu Martín lo explica perfectamente en el prólogo. Explica la sensación que iba teniendo a medida que leía esta obra. Una sensación de miedo, al principio, por entender que muchos relatos de serie negra, policíacos, empiezan bien, están bien ambientados, pero al primer tercio de la narración uno se ha perdido con los nombres y con los hilos argumentales, lo peor que te puede pasar en un relato policiaco. Explica esa sensación que se apodera de un lector de este género cuando siente que el escritor inventa el argumento a medida que escribe, que tiene cabos sueltos que luego se ve obligado a recoger, que no sabe cómo acabará la historia. Y eso, de nuevo, es terrible en una narración del género negro. Por suerte, todas esas sensaciones se van desvaneciendo a medida que uno lee Bajo la piel. 

Estamos ante un relato que ofrece todas las constantes de la serie negra, pero que sabe condimentarlas, espaciarlas, repartirlas, contenerlas: los policías humanos, nada de héroes ni antihéroes; sus historias personales, ácidas, complejas; un entorno gris, oscuro, que te atenaza, que te oprime, la ciudad; ambientes de bares con proxenetas y prostitutas, otras historias, otras vidas que pululan por el relato; mafiosos clásicos en lucha por un pedazo de terreno, sin concesiones; medios de comunicación que viven en y de la mierda social; y un elemento más, definitivo, que no puede desvelarse, porque sería como contar el final.

Sergi y Sagar demuestran haber asumido muy bien las enseñanzas de los mejores maestros del género negro. Sergi, el guionista, modula muy bien la historia y sabe dotar a sus personajes de encaje vital propio; Sagar, el dibujante, posee un trazo que remarca el rigor dramático de la historia, que sitúa bien al lector, un trazo de ambiente, muy suelto, enérgico. En definitiva, si ésta es una de las primeras obras completas de Sergi y de Sagar, cabe esperar mucho de ellos, porque aun con su timidez y juventud han conseguido un buen cómic de género.

Os aconsejo que leáis Bajo la piel . Una obra que es una muy buena lectura de evasión, con rigor y calidad. Y eso es mucho. 

miércoles, 7 de mayo de 2014

EXTERIOR NOCHE



Gianni Pacinotti, Gipi, es un italiano de cuarenta y pocos años, natural de la celebre Pisa, diplomado en el Liceo artístico de dicha ciudad y poseedor de una inquietud que le ha llevado a frecuentar
diferentes academias de arte, entre ellas alguna de Barcelona cuyo nombre no recuerda y donde, según nos confesó, estuvo residiendo durante medio año.
En Exterior Noche se reúnen cinco estremecedoras historias de contenido duro e inquietante, situadas en degradados barrios del extrarradio industrial de grandes ciudades italianas.
Dichas historias fueron publicadas originalmente en diferentes medios y por separado, pero su recopilación en un solo tomo no es casualidad ya que como se podrá observar, forman un puzzle de cinco piezas no unidas argumentalmente pero si generadas a partir de un mismo impulso inconformista y rebelde, y a excepción de la última, inspiradas a partir de sucesos o anécdotas reales vividos por el propio autor.


Gráficamente nos puede recordar a Baru, pero a diferencia de el, nos encontramos ante una obra dibujada con un estilo agresivo y arrebatador, con imágenes que piden a gritos escaparse de las páginas que las alojan, con fondos sugestivos que apenas apuntan lo que quieren dejarnos ver, pero que nos muestran lo suficiente para conducirnos por estas carreteras heladas, esos ríos oscuros, o ese mar infinito. Gipi utiliza una técnica al óleo sobre soportes rígidos y usa preparados con disolventes que le permiten obtener unos efectos de luz muy característicos y unos volúmenes muy conseguidos, sobre los que recorta figuras humanas de trazos sintetizados (quizás es aquí donde reside el nexo de unión con Baru). Todo ello, acompañado de un azul, color noche que sin darnos cuenta, extiende su manto a lo largo de toda la obra y la contagia de un aire de misterio, tristeza y desánimo, a partes iguales.

Una curiosidad del autor, es que dibuja personajes femeninos en contadas ocasiones (aquí lo vemos en tan sólo una de las cinco historias). Esto se debe, según nos cuenta el mismo, a su falta de
técnica para hacerlo con garantías que no le lleven a caer en tópicos ni estándares sinuosos aunque apunta que está aprendiendo mucho al respecto y confía solucionarlo próximamente, así que no hay que preocuparse.
Su faceta de narrador encaja perfectamente con su estilo y, en todas y en cada una de las cinco historias, ni empieza ni acaba nada, sino que todo continúa, se siguen acciones ya iniciadas y los finales necesitan del lector para redondear el círculo con el desenlace. A pesar de todo, y como se puede deducir del prólogo, Gipi todavía es un autor que se reconoce en un proceso de aprendizaje, y ello, unido a su extremado afán perfeccionista y a su reconocido miedo a caer en la presuntuosidad, le hacen titubear en determinados momentos. A pesar de todo, Gipi está inmerso en una etapa de reconocimiento y consolidación que no sabemos hasta donde lo van a llevar, pero lo que si podemos decir, es que huele a uno de los grandes.





martes, 6 de mayo de 2014

EL ETERNAUTA

Es difícil abordar este clásico inmortal sin caer en evidencias, repetir lo ya dicho.
El eternauta nace en las páginas de la revista semanal Hora Cero en Argentina , allá por el año 1957, y nos relata las aventuras de Juan Salvo y su familia y amigos hasta 1959.
Con los años tuvo un gran número de secuelas y versiones, pero ninguna con la fortuna de la predecesora, a pesar de contar algunas con nombres de la talla del propio Alberto Breccia .
Este libro es hijo de su época, y como tal nace, en un ambiente combativo, de hostilidad al régimen, de solidaridad, y de pocas -
muy pocas - esperanzas. Una sensación asfixiante se estaba asentando, recorriendo calles, casas, y bares, contagiando cada rincón. Os sitúo: recordemos que Perón fue derrocado por un golpe militar en 1955 y la sociedad argentina vivía dividida entre peronistas y antiperonistas, conviviendo en un clima de calma tensa, cuando no decididamente tensa (lo de calma era un decir), que acabaría con dos golpes de estado más en 1962 y 1966. 


Se podría decir que se fraguaba la tragedia, en una especie de guerra civil promovida por una oligarquía militar que ostentaba el poder y alimentaba el odio para consolidarse en la tribuna.
Nada nuevo en la triste historia de la humanidad, una historia que se ha ido repitiendo en diferentes países con el beneplácito y/o financiación del llamado primer mundo que, no lo olvidemos, vivía en plena guerra fría. Y por si fuera poco, el destino guardaría una atroz sorpresa al propio Oesterheld, ya que él mismo sería uno de los demasiados desaparecidos de la dictadura argentina en 1977.
La historia comienza cuando nuestro protagonista le dicta los hechos acontecidos al mismo autor del libro en una fría y desierta noche bonaerense.

Luego se sucedería la ya famosa nevada nocturna que emborronó Buenos Aires sembrándola de muerte, cuando nuestro Juan Salvo, familia, y amigos (Falvalli, Lucas, y Polsky) son sorprendidos en plena partida de cartas. A partir de aquí se van desgranando los
hechos hasta que los personajes se dan cuenta de que se hallan atrapados en casa, sin poder salir al exterior por miedo a ser contaminados. Superada la angustia inicial vendrá el siguiente paso, el racionamiento de alimentos y la organización, hasta llegar a tomar contacto con otros grupos de supervivientes con los que harán piña para sobrevivir y para plantar cara al invencible invasor extraterrestre. Luego llegará la unión al ejército superviviente, el famoso replegamiento en el estadio de River Plate, el ataque a los otros, la vuelta a casa, la escapada... hasta llegar a el insospechado final.

Oesterheld era un hombre de izquierdas y, como explica su mujer Elsa, fue fuertemente influenciado por un grupo de anarcosindicalistas españoles refugiados en Argentina.
Seguramente la implicación en los sucesos políticos que recorrían el país era fuerte, y así se debió reflejar en su obra, de manera más o menos velada. Quizás no queda nada más que decir de Oesterheld: sobran las palabras ante posiblemente el mejor guionista de la historia del cómic argentino.
En cambio, F. Solano López era muy joven: cuando se embarcó en el proyecto de El Eternauta tan solo contaba con cuatro años de experiencia como dibujante profesional, aunque en todo momento demostró una madurez y oficio excepcionales. Las condiciones de
trabajo no eran fáciles: se tenía que dibujar con mucha rapidez, los plazos de entrega apremiaban y no había tiempo para lucimientos personales. Solano cumplió con creces, si bien algunas veces se observan los fondos no tan bien trabajados como otras, lo cual quizás sirvió para contribuir a ese clima de angustia y soledad, que tan bien transmite la obra gracias a las manchas negras.



[Más información en la siguiente web: http://www.eternauta.com/]



Aquí os dejo el enlace de un estudio sobre la obra. Se trata de un capítulo de la serie documental argentina Continuará.







lunes, 5 de mayo de 2014

LO QUE EL VIENTO TRAE

Jaime Martín es un dibujante y guionista que desde 1985 se dedica profesionalmente al cómic y a la ilustración. Comenzó a publicar sus primeros trabajos en revistas de cómic y en 1987 empezó a colaborar de forma regular en la revista El Víbora (Ediciones La Cúpula).
Desde entonces hemos visto alguna de sus obras, pero ninguna como este ‘Lo que el viento trae’. El autor nos presenta una historia ambientada en la Rusia de principios de siglo, entre la Revolución de 1905 y la caída del zarismo. En esta época convulsa, ante la falta de médicos, un estudiante de cirugía es enviado a un hospital de provincias perdido en los Urales, donde la superstición del campo ruso se mezcla con la ciencia, y los fantasmas y monstruos con la enfermedad.


Este planteamiento tan barojiano da pie a un argumento que retrata la intrahistoria de un pueblo humilde y analfabeto, que en el fondo no es tan diferente al campo de nuestro país de hace menos de cien años. La trama se complicará con una serie de muertes en los que la paranoia popular será la primera en dictar sentencia.
Javier Martín realiza un excelente trabajo de documentación y capta toda la opresión de la experiencia del médico protagonista: sus miedos, sus esperanzas, su lucha por desterrar lo supersticioso en un pueblo que no se fía de él. Los fríos páramos que ilustran el álbum beben de la pintura rusa (Perov, Grabar, etc.) y destaca el uso significativo de la paleta de colores.

Son de agradecer las páginas adicionales que nos ofrece el álbum: una suerte de making-off en el que Martín nos explica cómo trabaja, nos enseña dibujos preliminares y la técnica que usa para dibujar y colorear.