Ayer se publicó en El País esta noticia que me pareció interesante. Hace tiempo que el cómic entró en el mercado de las subastas. Casi siempre se trataba de ejemplares con cierta antigüedad. Ahora hablamos de piezas de autores contemporáneos.Parece que entramos en la consideración de la historieta como arte. Leedlo, es muy curioso.
El
cómic ya es subastable
Puede
que existan aún personas que duden de la consideración del cómic,
historieta o novela gráfica como el noveno arte. Que no se hayan
dado por enterados de su riqueza, de su capacidad evocadora y
representativa para vehicular en viñetas la ficción y la no
ficción. Pero el mercado del arte sí lo tiene claro. La sede en
París de Christie’sasegura
haber superado varios récords mundiales con su primera subasta de
tiras de cómics, planchas de imprenta e ilustraciones originales,
celebrada el sábado en la avenida Matignon, por valor de 3.889.500
euros.
En
Francia, paraíso —junto con Bélgica— de la creación literaria
ilustrada, solo faltaba Christie‘s por sumarse a la venta de
originales, algo que llevan haciendo desde hace
años Artcurial, Sotheby’s y
Neret-Minet. Y el resultado ha sido espectacular.
Un crayonné (esbozo)
de Hergé para la historieta Tintín
en el Tíbet ha
sido vendido por 289.500 euros. El dibujo original con tinta china
realizado por Uderzo para la portada del volumen El
adivino de
Astérix en 1972 fue adjudicado por 193.500 euros, y la plancha
original de Astérix
en Córcega obtuvo
un precio de venta de 145.500 euros.
Christie’s
se felicita también por el interés que recibieron otros dos autores
ya convertidos en clásicos, André Franquin y Hugo
Pratt. La
portada original de un número especial de Spirou
y Fantasio(Franquin)
fue vendida a través de Internet por 157.500 euros, y la plancha
original de La
macumba del gringo (Pratt),
por 55.500 euros. Otros autores presentes en la subasta que han
obtenido récords de venta son Will, Moebius, William Vance (belga
residente en España desde hace años), Milo Manara, Philippe Delaby,
Cosey, la madrileña Ana Miralles y Frank Pé.
El
artífice de ese éxito es el galerista, coleccionista y editor
afincado en París Daniel Maghen, quien considera que la jornada fue
“histórica” para el noveno arte. En declaraciones a EL PAÍS,
Maghen transmite también su satisfacción por el éxito de autores
españoles a los que ha apoyado particularmente, como Ana Miralles o
Enrique Corominas, al que ha publicado en Francia. “Es el resultado
de un acompañamiento como galerista, de un esfuerzo por hacer
descubrir la obra de estos ilustradores que ahora se ve
recompensado”, afirma.
Maghen
se considera “de la vieja escuela”. “Es en la novela gráfica
donde están ahora los mejores ilustradores figurativos, que han
heredado la tradición de Toulouse-Lautrec, Gustave Doré, Carl
Larsson y los grandes maestros de los siglos XVIII y XIX”. Quienes
compran obra de Jean-Pierre Gibrat (Jeanne
et Cécile, Le vol du corbeau) “buscan
esa continuidad y esa plasticidad de antaño”, para este experto en
ilustración. “Muchos clientes internacionales me compran
originales de Gibrat porque para ellos representan la plasmación de
la mujer francesa, un ideal de belleza y elegancia parisina que
retrató el cine de los años 40 y 50”.¿Hay
algunas líneas de creación que hayan atraído un interés
particular de los coleccionistas? “No, realmente”, dice Maghen.
“Se trata más bien de coups
de coeur, de
compras basadas en una emoción que transmite la obra y que conecta
con el espectador, como en el caso de las acuarelas de Corominas”.
Maghen
estima que en la subasta han confluido dos influencias. “Por un
lado, se confirma el interés que despierta el cómic tradicional, lo
que la gente ha leído de pequeños. Es una mirada ligada a la
infancia (Tintín,
Astérix, Mortimer);
y por otro lado, la fascinación de generaciones posteriores que han
incorporado a autores como Hugo Pratt a su universo cultural de
adultos”.
Interrogado
sobre el papel de las instituciones, Daniel Maghen asegura que a ese
respecto “Francia está en la edad de piedra”. Cita como ejemplo
el hecho de que el Museo de Angulema, en la ciudad que alberga el
mayor festival europeo de cómic, disponga de un esmirriado
presupuesto de entre 30.000 y 40.000 euros anuales para compra de
originales. “Se hace mucha compra bibliófila o histórica, pero no
se está comprando obra a los grandes autores franceses
contemporáneos, como Gibrat, lo que me parece un escándalo”.
Maghen,
que empezó a coleccionar y a vender originales de cómic con 19
años, hace un cuarto de siglo, ve reivindicado ahora el valor de
esas obras. “Porque no puedes ser plenamente consciente de la
belleza y magnitud de una ilustración a partir de un libro: hay que
ver los originales”.
Ana
Miralles explica que ha sido muy importante también para esa
explosión “el apoyo de la industria editorial del cómic, que hace
que salgan cada año unas 5.000 novedades, con tiradas muy superiores
a las que se dan en España”. En el país vecino, explica, “el
cómic se entiende como una extensión más de la cultura y una
industria floreciente que da trabajo a muchísima gente”.
El
éxito de la venta en Christie’s, para Maghen, no es solo el fruto
de sus esfuerzos como coleccionista y galerista, sino “la
consagración del lugar que ocupan el cómic y la ilustración como
bellas artes”.
La
próxima gran cita en esta especialidad del mercado del arte será el
24 y 25 de mayo, cuando Artcurial ponga a la venta en París un fondo
esencial de originales de Hergé y Tintin, entre otros grandes
autores. Eric Leroy, experto de la casa de subastas, no duda en
afirmar que será “un fin de semana histórico”, para el cómic.