viernes, 20 de diciembre de 2013

BLACKSAD

BLACKSAD                  

Una creación de dos españoles que ha asombrado a los amantes de este medio de expresión. Para empezar los autores rondaban los 30 cuando publicaron su primer cómic. Como su formato tradicional es el francobelga o europeo (tapas de cartoné, gran formato…) se puede rastrear su labor hasta el país vecino, Francia, donde llevan a cargo su labor. Ambos provienen del mundo de la animación. Juan Díaz Canales asume las labores de guionista y Juanjo Guarnido de dibujante y colorista.
Curioso es el caso de Canales. Tras unos años dibujando superhéroes para portadas de revistas españolas, compartiendo espacio con Salvador Larroca o Carlos Pacheco, trató de dar el salto a Marvel UK (la sucursal británica de la compañía). Fue rechazado. No se desalentó y se atrevió a cruzar el charco para plantarse ante las puertas de las editoriales… donde también lo rechazaron. Entonces decidió pasarse a la animación y acabó trabajando para Disney. Curiosamente, es posiblemente el mejor dibujante español que hay en la actualidad… y eso no es decir poco.



¿Qué es Blacksad? Es, en realidad, una serie de álbumes (esa variante europea de cómic) de serie negra. En la actualidad se han presentado cinco historias autoconclusivas (hay algunas páginas más rondando por ahí, como historias cortas) que han cosechado multitud de premios y, aún más sorprendente, se han convertido en auténticos éxitos de ventas.
Hay un aspecto imprescindible, que debe ser recalcado para conocer la característica más llamativa del cómic: está protagonizado por animales antropomorfos. Muchos han visto la clara influencia del trabajo del dibujante en Disney, pero, según los propios autores, tiene otro origen: las fabulas clásicas. Así cada personaje es un animal que representa una serie de características: el protagonista es un gato negro con mala suerte, ágil e inteligente, el periodista es un hurón, las ratas son chivatos, los reptiles suelen ser asesinos (serpientes, cocodrilos…), los perros policías, los camellos traficantes, etc, etc. Esto ayuda a transmitir mucha información antes siquiera de leer cualquier diálogo.


Álbumes
                                                         


Blacksad. Un lugar entre las sombras.
Empieza como debe empezar todo relato negro canónico… con un cadáver. El asesinato de una actriz, antigua amante del protagonista, desencadenará toda la acción a través de la investigación del crimen. John Blacksad, el detective privado protagonista, revivirá los días que pasó en brazos de la muchacha, al tiempo que busca pistas en su propio pasado. Productores de cine, guionistas románticos, sórdidos bares, chantaje, personajes ricos y crueles, palizas, matones… Toda una odisea para llegar a un final crudo, sin concesiones.
Esta primera entrega fue recibida con entusiasmo, pero también criticada. Estas críticas fueron para el guion de Guarnido. La mayoría de especialistas se quejaban de que un dibujo tan fenomenal estuviera al servicio de una historia tan tópica. El problema residía en la falta de sorpresa ante la historia, la nula capacidad para sorprender más allá del reeditar lugares comunes de cualquier film noir…En fin. Qué difícil es contentar a todos. La historia bebe de las fuentes de lo clásico y es más que digna.

Blacksad: Artic Nation.     
                                               
Un relato sobre racismo, clases y violencia en los suburbios. Requerido para investigar la desaparición de una niña, John se encuentra buceando entre la realidad de las comunidades decadentes surgidas alrededor de las fábricas tras la Segunda Guerra Mundial. Clases ricas, separación étnica, corrupción política, perversión, asesinato… el ambiente ideal donde nadie es quien parece. Al final, la búsqueda de venganza por los pecados de los padres son los que marcan la historia.
Este fue un interesante giro, pasando la historia a describir aspectos menos conocidos de la cultura estadounidense de los 50. El dibujo es incluso más espectacular que el número anterior y el guión es infinitamente superior. Probablemente sea el mejor álbum de la saga. Mención aparte merece la aparición de Weekly, un periodista panfletario que introduce un contrapunto cómico.


Blacksad: Alma roja                                             
                                                                                       
Nos sumerge en otro de los grandes problemas de la nación fast food, el terror nuclear y el miedo a los comunistas. Empezamos con John Blacksad en las Vegas, donde terminó por cumplir una promesa en el relato anterior. El reencuentro con un viejo conocido lo llevará a introducirse en una comunidad de artistas de todos los ámbitos que tienen por denominador común sus ideas izquierdistas. La paranoia, las traiciones, pecados del pasado… y ¿el amor?
Siguiendo la senda del relato anterior, se teje una historia para bucear en un pedacito de la sórdida historia de los EE.UU. El color, las composiciones, la acción…son impresionantes. El guión es bastante vivo.

Blacksad: El infierno,el silencio.
Cambia nuevamente de ambiente y trasfondo, trasladándonos a la Nueva Orleáns del jazz y el vudú, de ambientes sórdidos, drogas y músicos fracasados o de negro sino. Weekly convence a John para que acepte un caso : buscar uno de estos músicos desaparecidos. En cuestión de poco tiempo se debe esclarecer la desaparición, los motivos, la realidad… con el trasfondo del Carnaval y la locura que trae pareja.
Interesante giro de estilo en un relato que decide desgranar las historias sin seguir un hilo temporal, siendo únicamente al final cuando el lector comprende la magnitud de lo sucedido, las motivaciones… El dibujo luce nuevamente espectacular y la historia da juego a ello.

Blacksad : Amarillo

El cómic nos presenta a un Blacksad que, tras su aventura en Nueva Orleans, sin blanca y cansado de tanta violencia y muerte, decide darse un tiempo buscando un trabajo tranquillo y alejado de la locura que es Manhattan. El azar le lleva a ser contratado para trasladar el coche de un desconocido hasta Tulsa, pero una distracción hace que éste sea robado por un tipo que quedará involucrado en un asesinato, iniciando una particular “road movie” donde desfilarán policías, artistas de circo, vividores y algún que otro particular abogado.


A diferencia del anterior álbum, Díaz Canales opta por una trama lineal sin saltos en el tiempo que va de menos a más gracias a la fuerza que imprime a los personajes secundarios. A un Blacksad algo “despistado”, cansado y con pocas ganas de acción, lo rodean nuevos personajes que dan brillo al álbum (en especial, el abogado y representante de Chad, una hiena educada, irónica pero con los pies en el suelo y clave en el final del álbum) y articulan, en un medido engranaje, los hitos principales de la historia. El cómic se inicia con pausa pero, paulatinamente, va ganando intensidad hasta conseguir atrapar al lector en un resolución de la trama algo previsible, pero inevitable.

El apartado gráfico sigue brillando en este quinto álbum gracias al cuidado trabajo de Juanjo Guarnido. Con una acertada elección de los animales para cada uno de los personajes, el autor consigue recrear a la perfección la América de los años 50, desde el espacio urbano general hasta el más mínimo detalle, todo aglutinado por su habilidad para plasmar ese ambiente en que se desenvuelven, ya sea la oscuridad de un tugurio o la luz de de los campos de trigo que bordean la carretera. Pero todo esto no tendría sentido sin su conjunción con el ritmo que le marca el guion, manejando con habilidad la composición de la página en función de la historia y transmitiendo al lector los momentos de pausa, acción o tensión. Si rebuscamos, tan sólo encontramos algún lunar en algunas pequeñas viñetas, donde descuida su trazo y color y quedan demasiado abocetadas, como si no fueran suyas.
En resumen, el reencuentro con Blacksad ha sido muy bueno y, como pasa en los anteriores álbumes, queda un regusto dulce porque desearíamos que la historia no acabara.

Cómo se hizo   
              
El éxito del cómic propició la edición de un álbum especial a modo de "making of" del cómic, Blacksad: Les dessous de l'enquête, que también fue publicado en España con el título Cómo se hizo... Blacksad (Norma Editorial). Este libro se abría con una extensa entrevista a los autores , como antesala de un repaso al álbum entero (página a página) incluyendo de cada plancha storyboards, páginas a lápiz, pruebas de color de viñetas, bocetos para viñetas concretas... acompañados con comentarios de los autores sobre el proceso creativo. Para finalizar, se incluía un avance de páginas a lápiz del segundo álbum de Blacksad que se estaba realizando en ese momento, más ilustraciones varias, estudios de personaje de Guarnido y una pequeña galería de ilustraciones con versiones de John Blacksad por otros autores europeos (entre ellos, Enrico Marini, dibujante de El Escorpión). Se trata de un auténtico regalo de lujo para los que disfrutaron con Blacksad y para aficionados al dibujo que quieran conocer al detalle el proceso de creación del primer álbum de la serie.











 

jueves, 19 de diciembre de 2013

LYDIE

En el Callejón del Bebé con Bigote, los bigotudos, que es como se les llama a los habitantes  del barrio, cuchichean cada vez que ven pasar a Camille, pues está embarazada y no tiene marido. Cuando da a luz, su hija muere al nacer. Pero un día se levanta feliz y risueña, mostrándola y convenciendo al mundo que su hija está ahí, con ella, y la acompaña a todos sitios.


Zidrou, un belga que vive en Andalucía, es el guionista de esta historia que nos traslada precisamente a su lugar de nacimiento, donde se vivió por un tiempo junto al catalán Jordi Lafebre, quien llegó a conocer al padre de Zidrou y lo iluminó al explicarle cómo eran aquellos barrios en los años treinta. Así pues, todo lo que vemos, esa vida hecha en un callejón, es parte de la vida del propio Zidrou, quien trató de plasmar en su historia la personalidad de cada personaje y haciendo que Lafebre la recompusiera en forma de dibujo. ¿El resultado? Más que brillante.
Por una parte, el dibujo, preciosista donde los haya, está repleto de detalles, fondos y casas. Esto se debe al sumo cuidado y al estudio realizado de cada rincón, e incluso de los carteles que se pegaban en la calle en los años treinta. De ahí que uno de los protagonistas sea ese cartel del bebé con el bigote pintado que tanta importancia tiene en la historia.

Bien es cierto que mantienen el espíritu de unidad entre los miembros de la comunidad...
Los autores, que se conocieron en 2001, comenzaron su andadura francesa a través de Spirou, y junto a Lydie ya llevan juntos varios proyectos. Pero es este título el que mayor reconocimiento está consiguiendo. Ha sido ganadora de cinco premios internacionales y su venta ha sido máxima, con ediciones en diferentes idiomas. A España nos ha llegado en Abril de 2013 tras dos años de publicación en Dargaud y ahora gracias a Norma Editorial podemos disfrutar de una historia que nos hará reír y también nos sobrecogerá por el drama que supone la situación vivida por Camille.





Al final de la magnífica edición en cartoné, hay un bonito cuento sobre la fotografía y su abuelo, narrado por Lucie-Anne Quenon y justo después una galería de bocetos, que echa el cierre para una magnífica obra. En resumidas cuentas , Lydie es un cómic para todos, con el que os reiréis y os sentiréis tristes, pero que destaca sobre todo por el fantástico dibujo de Jordi Lafebre.





PERSONAJES PRINCIPALES

Camille Tirion: Joven con bastante mala suerte. Su madre murió al dar a luz. Tuvo una 
corta relación con un hombre que la dejó embarazada, y la abandonó. Para colmo, su bebe nació muerto. Cae en una profunda depresión, que se rompe cuando cree que su hija ha vuelto. Desde entonces se desvive por cuidarla, devolviéndole la alegría.


Agustín Tirion: Alias Papa Chu-chú, trabaja como maquinista de trenes. Se quedó viudo hace años, y crió el solo a su hija Camille. Incapaz de hacerle entrar en razón, termina siguiendo la corriente a su hija, para que sea feliz.


Doctor Fabián: Alias doctor Fantasía, es el doctor del barrio, al que le gusta contar historias inventadas por él a sus pacientes. Casado y con una hija, es el primero que decide no internar a Camille cuando comienza todo.

Aquí os dejo el enlace de un vídeo de Lafebre dibujando.

ARDALÉN

Sabela, una mujer en los cuarenta, en crisis tras la ruptura de su relación de pareja y la pérdida de su empleo, llega a una pequeña aldea en medio de los montes buscando datos improbables sobre su abuelo, un hombre de vida azarosa, emigrado a Cuba y del que su familia no volvió a saber. Las pocas pistas de las que dispone son un puñado escaso de cartas y alguna foto desvaída.


En ese rincón perdido entre montañas, encuentra a un hombre, Fidel, al que apodan “el Náufrago”, al parecer único y tardío superviviente de aquella oleada de emigración caribeña de principios del siglo XX. Sabela comienza así una relación extraña con ese hombre alucinado, al que escuchará contar del Océano, de barcos, de puertos increíbles en países exóticos, de ballenas y peces, de sus tres naufragios, siempre con descripciones oníricas y maravillosas. En la historia se entrecruzarán las gentes de la aldea, parapetadas tras una desconfianza atávica, y los personajes recordados por “el Náufrago”, que acaban urdiendo entre ellos, Fidel y Sabela una maraña de recuerdos y sentimientos.
Un hombre con la memoria asaltada por evocaciones dudosas y una mujer a la que han privado de una parte de las suyas, componiendo una historia alrededor de la búsqueda de la identidad y la autoafirmación a través de los recuerdos, transitando sobre la línea difusa que separa, a veces, lo imaginado de lo que se cree haber vivido.
PERSONAJES
Sabela

Sabela es una mujer en crisis tras la ruptura de su relación de pareja y la pérdida de su empleo que decide seguir una pista dudosa para intentar saber más de la historia de su abuelo, desaparecido en la emigración, que la llevará a una aldea perdida en las montañas.



Fidel
Fidel, a quien todos en la aldea apodan el Náufrago, es un anciano que vive solo tras la muerte de todos sus familiares. Recuerda haber sido marinero en su juventud, sobrevivió a tres naufragios, aunque su cabeza le juega malas pasadas.

Celia
Celia es la camarera de la fonda de la aldea. Desde el primer momento ayudará a Sabela en su búsqueda de información.
 Tomás
Tomás es un parroquiano del bar de Celia que desconfía de los forasteros.
Ramón
Ramón es el mejor amigo de Fidel. Fueron compañeros en su época de marineros.
Rosalía
Rosalía es el amor de juventud de Fidel, una auténtica belleza cubana.
Francisco
Francisco es el abuelo de Sabela. En los años treinta se fue a Cuba a hacer las Américas y ya no regresó. La abuela de Sabela hizo todo lo posible por borrarlo de su vida pero ahora su nieta quiere saber qué fue de él y de su vida.
Xana
Xana es la fiel compañera de Fidel, quien le acompaña en sus ensueños.

MIGUELANXO PRADO
Es uno de los autores españoles de cómic más importantes tanto a nivel nacional como internacional.
Nacido en A Coruña en 1958, se inició en el mundo del cómic en los años ochenta y publicó en revistas tan emblemáticas como Creepy, Comix Internacional, Zona 84, El Jueves, Cimoc o Cairo. De la misma época son sus primeros títulos recopilatorios Fragmentos de la Enciclopedia Délfica, Stratos o Quotidiania Delirante.

En los años noventa experimenta con otros medios, con trabajos para televisión (suyo es el diseño de personajes de la serie estadounidense de animación Men In Black, producida por Dreamworks) y en el campo de la ilustración. Sin embargo, no abandona su producción de cómics con títulos como su multipremiado Trazo de tiza, Pedro y el lobo o Tangencias.
Desde 1998 dirige el salón del cómic de A Coruña, Viñetas desde o Atlántico.
En los años dos mil llegará su colaboración con el guionista británico Neil Gaiman en su libro de relatos cortos del universo Sandman, Noches eternas. Por otro lado, Miguelanxo emprenderá un proyecto cinematográfica que culminará en la película de animación y el cómic De profundis.
Algunos premios
  • Mejor libro del año, Semana de la historieta de Madrid, 1986
  • Premio Génie de la Convention de París, 1988
  • Mejor obra, Salón del Cómic de Barcelona, 1989
  • Mejor álbum. Salón del Angoulême, 1991
  • Mejor álbum. Salón del Angoulême, 1994
  • Mejor obra, Salón del Cómic de Barcelona, 1994
  • Nominación Premios Eisner, categoría Mejor Pintor, Estados Unidos, 1995
  • Nominación Premios Harvey, categoría Mejor Obra Extranjera, Estados Unidos, 1995














miércoles, 18 de diciembre de 2013

MURENA


 Jean Dufaux. Prolífico autor franco-belga. Este fabricante de obras maestras empezó a sorprendernos con Murena desde 1997, acompañado por los asombrosos lápices de Philippe Delaby. La serie aún se sigue publicando en Francia, en donde ya se han lanzado nueve volúmenes. Los primeros cuatro, que cierran el primer ciclo de la obra, son conocidos también como El Ciclo de la Madre, que comprende El púrpura y el oro (La pourpre et l'or), Arena y sangre (De sable et de sang), La mejor de las madres" (La mellieure des meres) y Los que van a morir... (Ceux qui vont mourir...). Este trabajo ha venido gozando de gran aceptación en toda Europa, no tanto por su correspondencia histórica, como por su magistral dominio del lenguaje de la historieta.
En Murena, Dufaux explota al máximo el sentido trágico de la Roma antigua, y consigue mezclar una trama sórdida y excitante con pasajes de verdadera poesía visual (aquí, el mérito va para Delaby). Con ambiciones argumentales que sólo Dufaux podría permitirse, la obra enhebra magistralmente los destinos de personajes históricos como Claudio, Británico, Agripina (la menor), Acté y el propio Lucio Domitio Nerón. Sin embargo, y contrariamente a lo que se podría pensar, el rigor histórico no juega un papel esencial en Murena: el autor es consciente de que se trata de una obra de ficción, y, como tal, se permite ciertas licencias (cada una de ellas, expuestas al final de cada volumen).
Revisemos entonces nuestros libros de Historia y demos un paseo por la sangrienta dinastía Julia-Claudia, de la mano de un grande del cómic franco-belga. Dejemos que Dufaux sea nuestro Virgilio y nos guíe por uno de los caminos más tormentosos de la historia del hombre.

Claudio: el hombre y su dilema           
El emperador Claudio es, quizás, uno de los personajes más humanos de la obra. Éste se debate entre el amor y el compromiso (¿existe algo más humano?): por un lado, su matrimonio con Agripina, hembra ambiciosa e insensible, y, por el otro, su amor por Lolia Paulina, mujer comprensiva, apasionada y real dueña de su corazón. Los besos a escondidas con Lolia Paulina lo acercan bastante al lector contemporáneo, tan ajeno al atroz contexto moral de la época. Claudio es un dios que es a la vez hombre, y sufre como tal. Para él, el poder es una mera circunstancia, mientras que sus pasiones son las que realmente rigen su existencia.
Sin embargo, está también Británico, su hijo menor y fruto de su primer matrimonio con Valeria Mesalina (cuyo nombre no se menciona en absoluto en Murena). Pero sucede que Británico es a menudo desplazado por Nerón, hijo de Agripina, a quien Claudio adoptará como consecuencia del matrimonio con ésta.
El emperador es consciente de las ansias de poder de su segunda esposa, y pretende (a escondidas de ésta) dejar a Británico como heredero del Imperio. Por desgracia para él, Agripina llega a enterarse de sus planes. El resto (el veneno) es historia, y Claudio ve truncados sus deseos por la crueldad de su esposa, y el hijo de ésta, Nerón, asciende finalmente al poder.


Nerón: la llama que nunca se apaga  
En los primeros dos libros de Murena, Lucio Domitio Nerón es una figura constantemente atormentada por el yugo materno. Un mero instrumento de Agripina, para ostentar el poder a través de su único hijo. Esto, claro, dota al personaje de una riqueza psicológica indescriptible. Adolescente como es, Nerón desarrolla un amor platónico hacia Acté, esclava liberta y prostituta al servicio de Palas. La dimensión erótica del personaje crece tremendamente: un joven inexperto, enamorado a escondidas de una mujer de ínfima condición, pero famosa por su carácter devorador e insaciable. Con suma destreza, Dufaux desarrolla los problemas más intemporales de los personajes históricos, haciéndoles recobrar plena vigencia.
Es en los dos tomos siguientes donde la figura de Nerón va cobrando visos espeluznantes. Y esto, a raíz de un asesinato: Agripina manda asesinar a Lolia Paulina, amante de Claudio y madre de Lucio Murena, el mejor amigo del propio Nerón. Éste, aún en su faceta sumisa, se ve obligado a encubrir a Agripina, y para esto desata una serie de cruentas ejecuciones, destinadas a borrar todo rastro de la atrocidad cometida por su propia madre.
Éste es el punto de inflexión. Nerón se percata de la naturaleza inicua del amor materno y de la felicidad que le ha arrebatado la sed de poder de Agripina. La sublevación es inminente, y, cuando se da, cobra forma de repulsión ahogada, silenciosa, pero repulsión a fin de cuentas. Su madre, entonces, no se revela no sólo como la autoridad materna ante la cual es necesario alzarse, sino también como un poderoso enemigo político, que intenta arrebatarle a toda costa la supremacía de Roma.


Esposas, madres y concubinas del poder  
Agripina es un personaje tan atroz como delicioso. Una mujer capaz de envenenar a su marido y de seducir a su propio hijo, con tal de detentar el dominio político de la nación más poderosa del mundo antiguo. Una arpía compulsiva, presa de la obsesión, que incluso se da tiempo para una breve escena de infidelidad con Afranio Burro (prefecto del pretorio), en pos de su objetivo. No hay nadie más, en una obra tan sórdida como este primer ciclo de Murena, que se enorgullezca tanto de su bajeza.
Porque Agripina no es madre. Antes que eso, es una asesina, y una mujer aberrante, inmoral, para la cual Nerón es únicamente el instrumento perfecto para la realización de sus sueños megalomaníacos. Dufaux parece comprenderlo a la perfección y se entretiene erotizándola, haciendo crecer su sombra en cada viñeta.
Por otro lado, Acté, la liberta prostituta, es una mujer mucho menos repudiable, a pesar de su condición. Tras apenas haber tomado posesión del trono, Nerón la arrebata de las infaustas garras de Palas y la lleva consigo, luego de lo cual le ofrece la libertad. Acté la rechaza (quizás por amor, quizás por estrategia), eligiendo permanecer al lado del emperador. Así, uno de los pocos atisbos de lealtad en Murena, recae en el personaje de una hembra infame, como para dejar en claro que en esta obra es imposible saber quién es quién.
Locusta, la hechicera, es el elemento mágico de la obra, y representa el sentir místico primitivo del hombre. Con ella, se completa el retrato de una época. Agripina recurre a sus servicios para procurarse el veneno que le ayudará a cometer sus tantos crímenes y para presagiar el destino del Imperio. Además, la figura de Locusta está ligada a la imagen de una gorgona, gracias a lo cual Murena no deja esquina sin rebuscar.


Las rojas arenas del coliseo
Balba, gladiador nubio, encabeza la lista de los “otros”, los hombres cuya libertad ha sido anulada por el gran aparato romano. Paradójicamente, este personaje es quizás el más moral de la obra. En Balba, el sentido de justicia es infinito. Inicialmente al servicio de Británico, decide vengar a éste, tras su muerte por envenenamiento a manos de la despiadada Agripina. Para esto, se interna voluntariamente en la escuela de gladiadores, pues es consciente de que sólo aprendiendo a odiar, se puede llegar a ser un guerrero invencible. Pero, en el nubio, el odio sirve a fines loables, a diferencia de los miembros de las altas esferas imperiales.
Massam es otra figura interesantísima en Murena. El silesio cabe perfectamente en la clásica concepción del gladiador: una bestia descomunal, sin más verdad que la sangre por la sangre. Personaje rival de Balba, este brutal guerrero es consciente de su capacidad para matar y la usa para ganarse el respeto y temor de los demás gladiadores. A menudo, Massam se muestra como un sujeto desafiante que parece disfrutar retando a Balba, e incluso a las propias leyes de la arena.
Por último, Draxio es un tracio a quien Agripina recluta como su brazo armado. Responsable directo de ejecutar el plan que terminaría con la muerte de Lolia Paulina, este esclavo-gladiador es uno de los hombres más fuertes entre los siervos del Imperio, pero, al mismo tiempo, carece de sesos como para cuestionarse su situación. Draxio se limita a cumplir órdenes, pero las disfruta más si éstas involucran algún acto de crueldad.

En suma, Murena no lo dice todo acerca de Roma, puesto que ésta no es su intención. Sin embargo, Dufaux y Delaby, haciendo gala de ser grandes narradores, nos atrapan desde un primer momento con este nuevo clásico de la ficción histórica. Un guión serio, con momentos realmente geniales y un arte de un detallismo impactante. Todo eso es Murena: una bellísima apología de la miseria humana.

martes, 17 de diciembre de 2013

BARRACUDA


Guión: Jean Dufaux.
Dibujo: Jérémy Petiqueux.
Color: Jérémy Petiqueux.
Edición: 56 págs, color. Norma Editorial, agosto 2012.
Traducción: Manel Domínguez.
Temática: Aventuras, piratas, cómic.
Una historia de piratas en toda regla es lo que nos propone el guionista de Murena, Jean Dufaux y el debutante Jérémy Petiqueux, quien se encargó del color en aquella serie de romanos tan recomendable. La imagen que obtenemos de los piratas puede ser de dos formas diferentes: como los sanguinarios asesinos y saqueadores que son, o bien su faceta más romántica (que no deja de estar complementada por la primera), la del héroe que lucha contra el sistema, tratando de labrarse un nombre que pueda ser recordado a lo largo de los tiempos, robando, matando y saqueando por el camino, es verdad, pero con un aire de independencia que es la imagen que habitualmente nos ha entrado por los ojos en los últimos años: la del pirata atrevido y heroico. La serie de piratas de Dufaux y Jérémy cabalga a medio camino entre ambas concepciones del pirata común. Mientras que por un lado tenemos esa faceta romántica, Dufaux nos presenta a su vez una vertiente más realista, más sincera con la historia verdadera al tener un tono diferente a la serie de, por ejemplo, Long John Silver. Si en aquélla, el ritmo de la aventura no para un momento hasta desembocar en la búsqueda del tesoro, jugando de por medio con las concepciones del género con todos los elementos disponibles, Dufaux hace en Barracuda algo diferente, situando la acción en tierra en lugar de en el entramado marino del Caribe (algo que el propio autor reconoce en el epílogo), y haciendo de las tendencias amorosas de los protagonistas algo ambiguo que nos queda claro conforme se desarrolla la historia (el autor también comenta esto al final del primer volumen). 


De esta forma, el autor juega con la época para enseñarnos una historia de piratas ligeramente diferente, pero donde todos los elementos piratiles no dejan de estar ahí: el duelo de espada, la búsqueda de un objeto de gran valor, los abordajes, la esclavitud, la figura paternal algo desfigurada, el infierno personificado en la isla de los piratas, desde donde resulta casi imposible escapar si no lo eres , y, por supuesto, la venganza. La fría y dura venganza que será lo que motive el resto de relatos y condicione las entregas siguientes.


En el aspecto técnico del volumen, el guión de Jean Dufaux presenta a los personajes para así prepararlos y lanzarlos a la aventura en las siguientes entregas, mientras que nos brinda una historia sólida, sin altibajos y sin fisuras, con un punto a favor hacia un protagonista que se balancea entre la homosexualidad, alejado del estereotipo pirata. Por otra parte, Jérémy Petiqueux hace una labor excelente a la hora de retratar a los personajes, plasmar cada uno de los escenarios como la isla de Puerto Blanco o la cubierta del Barracuda –el barco que da nombre a la serie–, con un color y una iluminación exquisitos. Las escenas más movidas, como el abordaje inicial, son igualmente perfectas en su ejecución, con un reflejo realista de la carnicería que fueron en su momento este tipo de actividades .


 Nada que objetar en el terreno artístico, ya que es un apartado en el que este "Barracuda" sobresale espectacularmente como también lo ha hecho Long John Silver.

"Barracuda" es una opción perfectamente recomendable, comenzando por Esclavos y siguiendo con Cicatrices y Duelo, los tres volúmenes publicados hasta ahora. . No solamente es una historia de piratas perfectamente construida que nos deja con la miel en los labios a punto de querer continuar con la serie, sino que aunque todos los elementos del género están ahí perfectamente plasmados, tiene un toque diferente que lo diferencia de otras historias de piratas. Por otra parte, es una serie magistralmente dibujada, así que no podemos pedir más. Tanto "Barracuda" como "Long John Silver" son ahora las dos mejores series de piratas del momento.





LONG JOHN SILVER

Nacionalidad: Francia.
Guión: Xavier Dorison.
Dibujo: Mathieu Lauffray.
Color: Mathieu Lauffray.
Edición: 58 págs, color. Norma Editorial
Temática: Aventuras, piratas, cómic.

La obra del escritor escocés Robert Louis Stevenson, La Isla del Tesoro, es una clásica e inmortal novela de aventuras que fue estrenada en Londres en el año 1883, aunque dos años antes fue publicada por entregas en una reconocida revista infantil de la época -la Young Folks-. Desde entonces viene gozando de una fama sin precedentes, pues esta historia de piratas se ha convertido en todo un icono de la cultura popular, no hay más que echar un vistazo a la larga lista de cómics, películas, videojuegos o novelas que rescatan parte de la esencia del clásico para adaptarlo a su propio nombre. Gracias a que Stevenson dotara de vida por aquel entonces al máxime cocinero pirata John Silver ("el Largo", para los íntimos), podemos hablar hoy en día de esta serie de que publica Norma Editorial en una serie de álbumes en tapa dura, cuatro para ser más exactos. En el momento de esta reseña falta por aparecer el último en Francia de mano de Dargaud.Los encargados de plasmar el sabor del clásico añejo son Xavier Dorison (El Tercer Testamento, Prophet) al timón de la historia y Mathieu Lauffray (Prophet), a cargo de los dibujos. Como bien indican los autores en la introducción del tebeo, su intención no es la de reescribir la historia de La Isla del Tesoro, ni tampoco la de crear una secuela, sino la de rendir un sentido homenaje/tributo a la novela original, que por otra parte ofrece muchas claves identificativas -paralelismos inclusive- que se asocian con dicha novela. Es, en definitiva, una historia completamente nueva.

Con un grafismo sorprendente, decir que nos sumergiremos en un santiamén dentro de las páginas desde la primera entrega , que recibe el título de Lady Vivian Hastings, haciendo referencia a la mujer de noble condición que resulta ser la protagonista del relato. Casada con un "grande" de Inglaterra, Lord Byron Hastings, recibe con terrible pesar la exigencia de financiar la expedición de su marido por el Amazonas, pues este se encuentra a punto de encontrar la mítica ciudad de Guyanacapac (El Dorado), de la cual se dice alberga innumerables riquezas entre sus muros. Para recabar los fondos de su despreciada esposa, Byron envía al indio Moxtechica a Londres en calidad de emisario, pero el verdadero puente de todo esto es el hermano de Lord Byron, el terrible Capitán Edward Hastings (debe ser cosa de familia, sin duda), quien se encargará de que Lady Vivian cumpla con la exigencia de su marido. Pero Vivian no es una simple mujer que se amilane con facilidad. Cuando por delante de sus ojos empiezan a desfilar todo tipo de pertenencias, desde joyas de familia, el arte de la mansión, pasando por los muebles o los vestidos -cualquier cosa es susceptible de ser embargada al fin y al cabo-, decide recurrir a los Hermanos de la Costa, una organización pirata comanda por un tal Long John Silver ( momento en el cual entra en escena el famoso pirata), tripulación que Lady Vivian querrá ver enrolada en el barco del Capitán Hastings -el Neptune-, deseosa de encontrarse en persona con su marido en el Amazonas.

Es fácil imaginarse el desenlace de todo esto si tenemos la novela La Isla del Tesoro en mente , pero aunque algunos tópicos se cumplen, existen otros puntos de interés que sorprenden al lector de manera inesperada. Es tal la alusión a la obra fuente que hasta hace aparición el Doctor Livesey, personaje que recordaréis por tener un papel fundamental en el desenlace de la novela junto a Jim Hawkings y otros personajes. En "Long John Silver" no faltan las traiciones, los movimientos ocultos ni los asesinatos, como tampoco ese necesario toque de aventura que nos impulsa a seguir leyendo el tebeo para continuar con sus devenires. Aunque el pirata de la pata de palo puede parecer en un principio el eje de todo (por aquello de prestar su nombre a la colección), su protagonismo está totalmente compartido por Lady Vivian, por lo demás una mujer pétrea y con cierta maldad de fondo propulsada quizá por su posición, aunque en el fondo oculta un corazón sensible entre tanta frialdad, a lo que sumamos el duro golpe que supone ser despojada de todo su entorno de persona acomodada entre las clases altas de la Inglaterra del siglo XVII. Oportunistas y bellacos, todos aspiran a ver completado algún fin oculto que sólo ellos conocen, personajes de carácter fuerte y personalidad muy marcada.


Lo que hace que la serie entre por los ojos y se disfrute de la primera a la última página es el extraordinario trabajo gráfico de un implicadísimo Mathieu Lauffray, que convierte cada página en nuevo motivo de embeleso y que ha cuidado hasta el último detalle . Mérito añadido es además que Lauffray ha sabido mantener el ritmo impuesto por el frenético ritmo previsto por Dorison en el guión, con una cuidada composición de página que hace compatible las espectaculares páginas dobles que nos ofrece en todo momento con la claridad expositiva.


Se trata de una de las historietas más atractivas de los últimos años. La calidad del guión lo demuestra, así como su parte artística, tremendamente destacable en el esbozo de personajes y entornos, donde los colores y el entintado cobran una importancia sublime para proporcionar la ambientación. Todo ello en conjunción con la cantidad de detalles y formas del dibujo. "Long John Silver" no es una serie del montón, es una historia de piratas que pasará a la posteridad y que los lectores tendrán a bien recordar con el transcurrir de los años, una historia tradicional con muchos tópicos del género de piratas, pero que al mismo tiempo resulta fresca y muy atractiva, con mucha tensión narrativa y buen hacer. Los fans de los piratas no deben perdérsela por nada del mundo.
En fin, “Long John Silver” cumple perfectamente su objetivo y propone una obra de piratas moderna que homenajea al clásico que infielmente la inspira sin caer en lugares comunes, mostrando un paso más en la progresión de un talentoso dibujante como Mathieu Lauffray. No es poca cosa.