lunes, 17 de junio de 2013

Siempre un poco más lejos




Siempre un poco más lejos.

La segunda parte de lo que podríamos llamar el ciclo de aventuras sudamericanas se recoge dentro del título Siempre un poco más lejos. Compuesto por un total de cinco historias cortas. Corto había perdido la memoria por culpa de una gaviota pero la recupera tras comer unos hongos “mágicos” que le hacen penetrar junto a Steiner, cocinero del alucinógeno manjar, en un profundo sueño donde conocen a Pierre La Rein, personaje que utilizará un truco frente a los indios brasileños para que lo maten antes de ser comido. Esta historia está basada en una un relato de Jack London, e incluso en otra historia del propio Pratt, concretamente en «La Fuga».
« La conga de las bananas», título del segundo episodio, es una aventura llena de acción donde los disparos vienen de todos lados y Corto, como siempre, está en medio. A destacar de este título la aparición de Esmeralda y de Veneciana Stevenson. La siguiente aventura, «Vudú por el presidente», es una historia extraña donde los muertos juzgan a los vivos. En el banquillo de los acusados se sienta en esta ocasión Soledad Lockhart a quien ya conoce Corto, aunque él no lo recuerda, de cuando se llamaba John Smith. Un país como Brasil alberga muchas historias, más es así en una época en el que el mundo se bate en guerra. En este marco bélico llegamos a una historia extraña donde los muertos vivientes y la magia negra dan paso a una historia de amor en la que un hombre, un militar desertor, opta por morir frente a «La laguna de los hermosos sueños» en uno de los mejores relatos cortos de ésta etapa. Pratt ya se nos presenta como un gran retratista de la figura humana.
Llegamos al final con «Abuelos y leyendas», un claro manifiesto sobre el respeto a las costumbres de culturas muy diferentes. En esta aventura Corto parte en busca del nieto mestizo de un famoso médico occidental y de un chamán indio, la situación no puede resultar más paradójica.




1 comentario:

  1. Sobre lo primero que quiero poner punto es sobre nuestro gran protagonista, Corto Maltés. Me parece un personaje magnífico, no podría quedar mejor definido: entusiasta, aventurero, buscador de mitos y de tesoros, poeta, romántico, fiel, etc. Existen muchos adjetivos, y la mayoría de ellos encajan en su perfil. Este personaje hace de todo en su vida, hasta se recorre el mundo entero, y tiene una cantidad de amigos por todo el planeta impresionante. Parece famoso, en cada sitio que visita le conocen o han oído hablar de él. Lo único que no me parece muy creíble es que siempre todo le salga bien, aunque a veces no parezca que da esa sensación, debido a que tiene muchos problemas, pero finalmente todo acaba bien para él.
    En cuanto a sus cómics, me parecen buenos, pero tampoco demasiado. Es cierto que la aventura y la acción están siempre presentes, y eso los hace muy interesantes. Pero, dejando estos dos temas a un lado, suele tratar sobre todo de historias y guerras. Esto quiere decir que, en muchos, como no te sepas la historia del siglo XX entera, mal vas. Por ello, más de una vez he decidido dejarlos apartados. Aunque también es cierto que, como es la aventura la que prima, casi siempre suele haber un objetivo fijo en cada cómic. Por ejemplo, encontrar un tesoro, liberar a un amigo, salvar a alguien, etc. Y estos objetivos están muy bien, porque ya sabes hacia dónde dirigirte cuando te pierdes. No sé si me he expresado muy bien.
    En cuanto a los personajes, lo primero que me ha sorprendido de Pratt es su capacidad o habilidad para deshacerse de la vida de los personajes, así, sin más. Me ha parecido increíble, en todos los cómics muere varia gente. Este factor está asegurado. El autor juega un montón con esto, tiene una facilidad increíble para matar. Sinceramente, creo que son los cómics con más muertos que me he leído.
    Por otra parte, muchas veces ni siquiera me entero de lo que los personajes hacen, y los diálogos se vuelven liosos. No sé si es por mí o por la forma de escribir de Hugo Pratt.
    También me ocurre una cosa con los personajes: el protagonista es genial,
    como he dicho antes, pero siempre empiezan a aparecer más y más personajes, y me pierdo. Por no decir que muchas veces Corto se vuelve un secundario, y eso no me gusta.
    Un factor que me ha animado mucho a leer estas obras es la brevedad en la mayoría de ellas. Si son 30 obras, 20 no alcanzan las 40 páginas. Eso me gusta porque en veinte minutos te puedes leer un cómic, no te quita mucho tiempo, por lo que esto no es ninguna excusa.
    Muchas obras me han aburrido, al igual que otras tantas me han encantado. En realidad, los cómics de Corto Maltés muestran tantos temas que hay por dónde elegir. Tiene una diversidad increíble, y eso me encanta, pero, aun así, claramente, prefiero la aventura de Volveremos a Hablar de Aquellos Aventureros a la guerra de en el Nombre de Alá Compasivo y Misericordioso. Una de las obras que más me ha gustado ha sido Vinos de Borgoña y Rosas de Picardía.
    Otro punto se le dedico a la gran capacidad de vocabulario de Pratt. La verdad es que muchas veces es sencillo, pero en otras ocasiones no se sabe si porque es principios del siglo XX o por el autor, hay palabras difíciles. Yo, sinceramente, con el término que me quedo de estas obras es megalómano, persona con delirios de grandeza. Esta palabra se me ha quedado bien adentro, no sé muy bien por qué, pero te aseguro que la voy a recordar siempre.
    Unas de las obras largas que me han parecido más sencillas y que más me han gustado han sido Tango y La Casa Dorada de Samarkanda.
    Y con esto concluyo mi opinión personal sobre estas magníficas obras en las que hay de todo. Sinceramente, si tuviera que valorarlo, no sabría cómo hacerlo, pues, como he dicho antes, al igual que muchos me han gustado, muchos me han aburrido.
    Agradezco a mi profesor Miguel Prieto el darme a conocer las obras de Hugo Pratt y que se implique con los alumnos en este tipo de trabajos.

    ResponderEliminar