NEARDENTHAL
Un
título imprescindible para todo lector curioso de nuestra
biblioteca.
Arte gráfico
El
dibujo, entintado y color son precisos, estéticos y delicados,
realizados con minucioso cuidado y dedicación. Los rostros de los
personajes son sumamente expresivos, muy humanos, y además los
individualiza con gran maestría. Las expresiones corporales y la
captura del movimiento son correctas (aunque quizás esos no son sus
mayores fuertes). Pero donde realmente se despega de otros autores
es en la espectacularidad de sus paisajes y panorámicas, y en las
escenas de fauna salvaje .
La
historia
El
argumento de "Neandertal" no nos sorprende por su gran
originalidad. Lo que hace es unir dos aspectos muy conocidos de la
literatura: Una tragedia clásica al estilo shakesperiano, con
resonancias de Hamlet, con el clásico viaje del héroe/antihéroe
(uno de los grandes estereotipos de la ficción contemporánea).
Dicho esto, lo cierto es que esos temas tan habituales están
resueltos con oficio narrativo y algunos momentos sorprendentes.
Los
personajes son muy humanos, con personalidades individuales,
detalladas, y motivaciones bien construidas. Además de la aventura,
la tragedia de tintes clásicos, y la importancia del mundo natural,
el cómic también tiene toques de humor y momentos entrañables que
te permiten identificarte un poco mejor con los personajes y sus
vivencias.
La recreación histórica
"Neandertal"
es una obra de ficción, pero también una recreación de la vida de
esa otra humanidad en el final del Pleistoceno. En ese sentido, es
posible juzgar hasta qué punto Roudier es fiel a los conocimientos
científicos actuales. La respuesta más general sería que es muy
fiel, pero a la vez bastante atrevido y creativo.
El
detalle de los conocimientos del autor sobre la prehistoria en
general, y sobre los Neandertales y el Musteriense en particular, es
impresionante. Es un auténtico placer ir leyendo el tomo y
observando con detalle las viñetas, reconociendo decenas de pequeños
aspectos tomados de artículos científicos, monografías, informes
de excavación y otras formas de difusión y divulgación de
arqueólogos y paleontólogos.
Desde
las escenas de fauna, hasta la talla lítica, el uso de plantas y
pigmentos minerales, el trabajo de la piel y la madera, muy pocas
cosas se pueden ver como inventadas, improvisadas o simplemente
deducidas por Roudier. Al contrario, están documentadas.
Por
otro lado, es bastante atrevido y creativo, rellenando
los
(inevitablemente grandes) huecos de la información arqueológica con
lo que la etnografía y la antropología cultural nos cuentan de las
sociedades de cazadores-recolectores del pasado reciente, como los
bosquímanos, los aborígenes australianos, los nativos americanos,
etc.
En
ese sentido, Roudier opta por una visión concreta de esa humanidad
neandertal: asume que en los aspectos cognitivos e intelectuales más
básicos, fueron indistinguibles o enormemente similares a nosotros
mismos .
Eso
le lleva a plantear que, mientras el registro arqueológico no lo
contradiga –y no lo hace- es legítimo asumir que los
comportamientos elementales, la organización grupal, el lenguaje, la
interacción de los distintos clanes, y otros elementos (etnicidad,
expresión simbólica) debieron responder a los mismos patrones que
los que se documentan en
cualquier otra sociedad de cazadores-recolectores.
A
partir de ese razonamiento general, y al entrar en detalles concretos
sobre el vestido, la decoración corporal, el tamaño de los grupos,
etc, está claro que a veces presenta unas realidades que no están
probadas por completo por la arqueología. Pero también hay que
recordar que es una obra de ficción
histórica.
En
resumen, una obra fantástica para los que sean aficionados a los
cómics y tengan algún interés en la Prehistoria.
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