La
historia narra la amistad entre dos chicos que se conocen en la
Universidad, y que ahora se convierte en un trío de amigos, al
entrar en juego la novia de uno de ellos. La relación de los chicos
fue muy estrecha, pero en estos momentos, está basada en encuentros
ocasionales. Fuera de esas reuniones, cada cual realiza su vida, sin
saber de la de los otros más allá de lo que dejan entrever o de lo
que es conveniente que se sepa. Porque no es conveniente que el amigo
conozca en lo que se ha convertido la propia vida, esa vida a la que
los lectores vamos teniendo acceso poco a poco, entrando en sus
respectivos mundos y en las normas que los rigen, que no son las
esperadas o las que dejan ver.
El protagonista principal se llama
Pierre y es hijo de un afamado matemático, profesor en la
Universidad donde su vástago estudiaba, siguiendo los pasos de su
progenitor. Esa situación ha cambiado, dando paso a su vida actual,
a su mentira actual, que mantiene alejada de sus amigos,
interpretando un papel estudiado, del que resulta más y más
complicado salir, por lo que el engaño no sólo se mantiene, si no
que continúa creciendo y devorando la realidad.
Lo
curioso es que mentir y dejarse devorar por sus mentiras es lo que
les sucede también a los otros dos personajes: sus vidas no son, ni
por asomo, lo que se supone que son, pero hay que mantener las
apariencias ante los demás, ante el amor y la amistad, haciendo de
esa mentira una parte tan fundamental de sus existencias que llega a
ser un personaje más, por la fuerte influencia que ejerce en su
presente, marcando el futuro irremisiblemente, consiguiendo que
mantengan una máscara de normalidad allí donde no existe, pues sus
vidas reales son las que parecen salidas de una imaginación macabra
.
Así, la mentira va creciendo, llenándolo todo, marcando sus
relaciones, sin que ninguno sepa que a los otros dos les sucede
exactamente igual: los tres desearían librarse de esa pesada carga
que les condiciona de tal manera que ya no sabrían cómo vivir fuera
de esa realidad creada a medida, como un traje perfecto en apariencia
pero cuyas costuras nos queman la piel.
Es
en el apartado gráfico en el que los autores y, en particular, un
brillante Marcial
Toledano, no
escatiman esfuerzos para adecuar un dibujo preciosista y detallista
en el que se perciben ciertas influencias del manga japonés a la
historia planteada.
Toledano ha
asimilado algunos de los mejores recursos del cómic japonés para
mantener la atención del lector y los ha adecuado sin ningún
prejuicio y con toda naturalidad a la estructura del álbum europeo
para ganar espacio a la caracterización de los personajes, a las
secuencias de acción y a la complejidad de la trama, un espacio que
es estupendamente aprovechado por Toledano para
lucirse en magníficas secuencias mudas en la que su dibujo lleva el
peso de la narración y carga de crudeza y dramatismo a la historia,
dándole un tono más duro y amargo.
El álbum es rico en recursos
propios del medio y es aconsejable una relectura del aficionado para
demorarse en su análisis, pero los más evidentes son quizás los
elegantes flashbacks en los que en una misma viñeta se nos describen
el pasado sin abandonar por ello el hilo presente de la narración,
el uso de las onomatopeyas y los escorzos para el tratamiento de la
tensión o la deformación de las viñetas para reflejar la violencia
y dinamismo de los combates pugilísticos. Es destacable también, el
suave y premeditado uso de una paleta de suaves colores que junto al
dibujo amable, naif, de Toledano contrastan
con la sordidez de los ambientes en los que se desarrolla la mayor
parte de la historia.
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