AUTOBIO CYRIL PEDROSA
“Mis hijos son los adalides de la ecología.
Militantes incansables sin miedo ni reproches. Siempre atentos, en alerta. Mis
hijos son un coñazo”.
Autobio, publicada por Norma, es lo
último que ha llegado de este francés. Un giro total a la anterior "Portugal" También hay
una familia, pero nada de intrigas. Se trata de un álbum sin mayor pretensión
que la de pasar un buen rato. Un conjunto de episodios verídicos, breves (una o
dos páginas) sobre las dificultades que tiene el autor para llevar una vida
equilibrada con el medio ambiente, reciclando, moviéndose en bicicleta,
convenciendo a los vecinos, educando a sus hijos… Tiene momentos
desternillantes (por ejemplo, el capítulo de la bici chic holandesa
que nadie sabe arreglar), y otros algo más planos.
Pedrosa practica algo poco habitual: reírse de sus
creencias. Es un ecologista militante, pero el tebeo desgrana todas sus
vicisitudes y contradicciones, sus flaquezas ante el engorro (ser ecologista no
es cómodo), sus conflictos familiares (su esposa aún es más ecologista) e
incluso esboza que en su creencia hay cierta pose. La cita, por ejemplo, es
demoledora, y alguna de las historietas
arranca carcajadas; y eso no tiene precio
Seguro que más de un ecologista de nueva hornada se
identifica. Igual hasta se pone colorado con las anécdotas que aparecen en esta
obra.
“El compromiso ecológico es algo muy serio. Hacer
compost, reciclar y comprar productos
bio es algo básico para conseguir estar
en armonía con la naturaleza. Eso y renunciar a las salchichas de bote, los
refrescos, a la comida congelada, a la lejía…”. El autor refleja el compromiso
que él y su familia tienen con el medio
ambiente.
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