Una nueva entrega de Blake y Mortimer en la Tebeoteca Cáparra.
Edgar
P. Jacobs (1904-1987)
fue un tipo curioso. Barítono profesional, ilustrador publicitario,
diseñador de escenarios y vestuario para teatro y ópera… y
dibujante de tebeos. Se encargó de Flash
Gordon cuando
la ocupación alemana prohibió la publicación de material importado
de los EEUU y fue uno de los principales ayudantes de Hergé,
así que no es extraño que acabara publicando su propia serie, Blake
y Mortimer,
las aventuras de un capitán del servicio secreto británico y su
inseparable amigo, un impetuoso ingeniero aficionado a la
arqueología. La serie era pura evasión , que tan pronto se dejaba
llevar por la fantasía desbocada, la fascinación por el progreso
tecnológico o los relatos de misterio con villanos de folletín (con
Olrik
como
némesis absoluta). El dibujo, una línea clara modélica donde el
detalle y lo diáfano eran primordiales, junto al color.
Tras
la muerte de Jacobs,
la serie prosiguió con un excepcional (e inusual) mimo y un
importante respaldo comercial en el que cada nuevo álbum es
celebrado con alborozo y ventas (al otro lado de los Pirineos es un
auténtico best-seller con cifras mareantes). La forma con que
Dargaud
ha
cuidado la continuidad y exitosa pervivencia de Blake y Mortimer ha
sido encargando la serie a dos equipos creativos diferentes y de
prestigio incontestable que se alternan entre ellos. Por un lado, J.
Van Hamme,
auténtico guionista estrella (XIII,
Thorgal,
Largo
Wynch)
que primero estuvo acompañado por Ted
Benoity
luego por dibujantes no tan conocidos. Por el otro, el dibujante
André
Juillard (todo
un maestro de la línea clara contemporánea famoso por Las
7 vidas del gavilán)
e Yves
Sente,
editor reconvertido en eficaz guionista encargado de retomar todo lo
que Van Hamme da por concluido. El esmero de ambos equipos ha
impedido la deseada entrega anual, por lo que habrá que sumar un
tercero en el futuro inmediato, con Jean
Dufaux y
Antoine
Aubin.
El juramento de los cinco lores es el último álbum aparecido, también en reciente edición española a cargo de la editorial Norma, y pertenece al tándem Sente y Juillard, que tras una serie de aventuras de pura fantaciencia abordan ahora una trama del todo independiente (las anteriores estaban muy interconectadas) y absolutamente canónica en su adscripción al género detectivesco. Cinco lores unidos por un secreto del pasado que comienzan a ser asesinados, una serie de robos en el Ashmolean Museum de Oxford, un clan de encapuchados y un misterio construido alrededor de la figura histórica de Lawrence de Arabia. Todo muy clásico, porque no puede ser de otra manera, pero por eso mismo encantador. En mi caso, ha sido sumamente placentero sumergirme en sus páginas y dejarme llevar por su narración clásica, metódica y detallista. Destacan esas viñetas que incluyen, en segundo plano, miradas y acciones que van sembrando pistas verdaderas o falsas (que no tramposas) y un esmerado dibujo propio de la línea clara, tan obsesivo y frío como diáfano.
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