jueves, 30 de enero de 2014

LA BANDA DE LOS POSTIZOS

LA BANDA DE LOS POSTIZOS


Por el motivo que sea, las historias de atracadores siempre han despertado el interés del gran público, ya se presente la historia en forma de película, novela o cómic. Este atractivo con el que cuenta este tipo de historias se ve mucho más enaltecido si añadimos que la obra en cuestión se encuentra inspirada en hechos reales. Estos dos requisitos los cumple uno de los cómics que recientemente ha llegado a las estanterías de nuestra biblioteca y que está siendo elogiada tanto por la crítica como por los lectores. Hablamos de la obra francesa Les faux visages, o tal como ha salido publicada en español, La Banda de los Postizos.
Los hechos que narra la obra nos sitúan en el París de la década de los 80, más específicamente en 1981, año en el que comenzó a destacar una banda de atracadores por sus exitosos asaltos a diversos bancos de la ciudad gracias a un simple y eficaz método: aparecer disfrazados con pelucas y bigotes postizos haciéndose pasar por clientes, retener a todo aquel que se encuentre presente en ese momento en la oficina y vaciar las cajas fuertes. Todo ello de forma rápida y sin cometer errores. Así, este grupo logró entre 1981 y 1986 la audacia de asaltar 27 bancos, abrir 1300 cajas...
El encargado de pasar esta historia real al noveno arte es el guionista francés David B. (firma de David Beauchard), conocido por obras como La Ascensión del Mal o Babel. Este recoge en la historia toda la carrera de la banda; partiendo desde sus inicios en 1975, pasando por diversos de sus robos y concluyendo la obra con el fin de las historias personales de cada uno de los miembros que componen el grupo.
El guion que escribe David B. no se caracteriza por ser una genialidad y mucho menos por desmarcarse del resto de las obras del género por un planteamiento original, pues la narración es la misma que la de cualquier historia de asaltadores al uso… Pero a pesar de esto, el guionista sabe cómo recurrir a los diversos factores que le proporciona esta historia en particular para lograr un desarrollo del arco argumental bastante interesante, muy disfrutable y marcado por un sutil sentido del humor. Tanto es así, que la forma en la que se nos narra la historia nos hará parecer que estamos leyendo un guion de película, recordándonos en algunos puntos a films del género como Ocean´s Eleven.
David B. no limita su labor a convertir una historia bastante típica en muy interesante, sino que también se encarga de ofrecer a cada uno de los miembros que componen la banda una personalidad propia, narrando sus principales características, cómo llegaron a formar parte de la banda y la relación que existe entre estos, algo bastante complicado teniendo en cuenta que el grupo se encuentra compuesto por 8 miembros y que no todos gozan del mismo protagonismo; pero como decimos, David B. sabe captar sus similitudes y sobre todo sus diferencias. Además del principal arco argumental, una vez la historia se encuentra encarrilada, David B. introduce una segunda historia paralela a ésta en la que se entremezclan las investigaciones policíacas y la corrupción. Si bien esta subtrama no llega a ser algo que actúe en detrimento del arco argumental principal de la obra. en ningún momento, se podría haber omitido .

Mención especial se merece el apartado gráfico, pues si algo brilla con mucha más fuerza que el trabajo de David B, esa es la labor realizada por el dibujante, también de origen francés, Hervé Tanquerelle, conocido por obras como Lucha libre, Por los caminos oscuros o Los mejores enemigos. Sus dibujos, impregnados por la esencia del trazado europeo, son capaces de recrear extraordinariamente los entornos y los rostros que aparecen por las páginas del cómic, destacando su labor al tratar con mimo el menor detalle cuando la historia así lo requiere, pues el dibujante sabe discernir en qué partes dotar a la viñeta de un elaborado entorno y cuándo despreocuparse del mismo para dar protagonismo a los hechos. Además, sus dibujos ayudan de forma impresionante a la creación de los personajes que ya mentábamos que hacía David B. Así, Tanquerelle recurre de manera brillante al uso de los colores del negro y del blanco para entintar todos los detalles de sus viñetas, las cuales llegan a eclipsar multitud de veces al guion.










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